T1 E6.
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Mariano José de Larra era el escritor y periodista más admirado. Aunque, como buen romántico de su época, tenía sus días buenos y sus bajonas malas. Un día se llevó un disgusto horrible. Y lo encajó fatal. Tan fatal que se voló los sesos. Su muerte conmocionó al país y la literatura perdió al autor con más chispa del momento. Durante décadas nadie supo el motivo del suicidio. O, más bien, la persona por la que se suicidó. Pero casi un siglo después, la escritora más admirada del momento, Carmen de Burgos, removió lo impensable para descubrir qué llevó a Larra a su trágico suicidio. Y lo descubrió. Y descubrió el nombre de la mujer por la que se pegó el tiro. Larra dejó sobre su mesa unos papeles y la última carta que escribió a esa mujer. La lingüista forense Sheila Queralt lo analiza hoy y nos lleva de nuevo a aquella escena terrible de la historia de la literatura española.
CRÍMENES. EL MUSICAL
CAPÍTULO 6: EL SUICIDIO DE LARRA
ANDREU: Señoras y señores,
Bienvenidos al último crimen de esta temporada. Y esta vez es un crimen de un hombre contra sí mismo. Es un suicidio terrible guiado por la locura y la desesperación.
Mi nombre es Andreu Quesada y hoy les llevaré al Madrid de comienzos del siglo XIX. Ahí estaba don Mariano José de Larra el día que se suicidó y dejó a las letras de luto.
La periodista Mar Abad les transportará hasta el día de la tragedia y el momento del disparo garrafal.
Los actores revivirán al hombre enamorado, a la amante arrepentida y a la hija horrorizada.
Todo lo que les contamos son datos reales recogidos del mejor libro publicado sobre Larra. Es la biografía que escribió la prodigiosa escritora Carmen de Burgos y que tituló Fígaro.
Y después del dramón, estará con nosotros una pionera de la lingüística forense.
¡La ciencia aplicada a las letras, a las palabras, a los dimes y diretes!
¡Que empiece la función!
APERTURA ACTO 1: LOCURA DE AMOR
MAR: El día se levanta feo…
…y el escritor Mariano José de Larra aún no se ha levantado de la cama. Mira por la ventana y ve un cielo gris plomizo.
Es lunes, 13 de febrero de 1837, y en Madrid hace un frío que pela.
LARRA: Adelante…
CRIADO: Don Mariano, le traigo una carta. ¿Quiere que se la dé?
LARRA: Éntrela, por favor.
MAR: El criado le da la carta. La mira… y es de Dolores. ¡Dolores quiere verlo!
COROS: ¡Dolores! ¡Su amante! ¡Su amada! ¡Su amor!
MAR: Parece que a pesar de las calumnias, las injurias y los pérfidos cotilleos que los han separado, el amor sigue vivo. ¡Palpita! ¡Late! ¡Revive!
COROS: ¡Dolores, mi amor! ¡Cuánto duele este amor!
MAR: Larra salta de la cama.
Le vuelven las fuerzas que el desamor le había robado. Puede que haya esperanza. ¡El amor vencerá a la infamia y no se separarán nunca más!
Va a su escritorio y coge la primera cuartilla que ve. Agarra su pluma y empieza a escribir atropellando unas palabras contra otras:
LARRA: «He recibido tu carta. Gracias: gracias por todo. Me parece que si piensan ustedes venir, tu amiga y tú, esta noche, hablaríamos y acaso sería posible convenirnos.
En este momento no sé qué hacer. Estoy aburrido y no puedo resistir a la calumnia y a la infamia. Tuyo».
MAR: Larra dobla el papel, lo cierra con una oblea y no escribe ninguna dirección. Es una carta secreta que irá hasta Dolores igual que le ha llegado a él.
Una muchacha ha traído la carta de Dolores en secreto y ahora llevará la suya con toda la discreción del mundo.
El escritor está tan contento que invita a la muchacha a que pase a sus aposentos, y agradecido, se estira con la propina.
CIERRE ACTO 1: LOCURA DE AMOR
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APERTURA ACTO 2: LA ESPERANZA
MAR: Larra, de pronto, se siente feliz. ¡Y qué importa ya que el día esté gris!
Recobra la esperanza después de haber muerto y remuerto de amor.
SUSURROS: De des-amor.
MAR: Mira su habitación y la ve fría, triste, descuidada. Parece una casa abandonada. Aunque en realidad fue él quien se abandonó a sí mismo cuando dejó de ver a Dolores.
Pero esto no puede estar así. Dolores vendrá esta tarde y la habitación tiene que estar radiante. Larra llama a su criada y a su criado y les pide que embellezcan toda la casa.
LARRA: ¡Venga, vamos! ¡Enciendan los braseros! ¡Caldeen la casa! ¡Pongan flores en los búcaros! ¡Hay que vestirlo todo de fiesta y alegría!
MAR: Él también se pone guapo. Manda llamar al peluquero para que lo peine y le arregle su barba rizada.
MAR: Come deprisa, nervioso, inquieto. A veces se distrae con lasgracias de su hija Adelita, que está ahí jugando…
HIJA: Papa, papa, mira, mira lo que hago, mira, mira, papa, mira, mira, papa, mira lo que hago.
LARRA: ¡Que sí, coño, que ya te he visto!
MAR: …pero al momento su pensamiento vuelve a Dolores.
COROS: Dolores… Dolores… Dolores de amor… Que me has encogío el Corazón…
MAR: Está impaciente por que llegue el momento de verla… y abrazarla por fin.
SUSURROS: Ay, cuando te pille, nena.
MAR: Cuando termina de comer sale a la calle.
Es carnaval.
La música ha invadido la ciudad. En la calle, la gente canta y baila.
Visten disfraces y máscaras. Esto es una locura…
¡QUITA, BABOSO!
Larra va a ver a su editor, el señor Delgado. Después visita al periodista Ramón de Mesonero Romanos y le dice que quiere colaborar en su periódico: Quevedo.
SUSURROS: ¿Pero a este qué le ha entrao? Si estaba deprimío perdío.
MAR: A Mesonero le sorprende ver a su amigo Larra tan de buen humor.
Menudo cambio. Y le dice:
MESONERO: Pues claro, amigo. Me alegra mucho verte con ilusión y ganas de hacer cosas. Parece que abandonas tu pesimismo y por fin confías en el porvenir.
COROS: El porvenir… ay, el porvenir… por dónde va a salir…
MAR: De ahí va a ver a su esposa Pepita. Están separados, pero ahora Larra va a verla todos los días porque tiene una afección catarral.
MAR: Pepita flipa al ver a Larra. Y piensa por dentro:
PEPITA: ¡Pero qué contento viene hoy este! Parece que me lo han cambiado.
Ya no es el hombre de alma en pena, que se arrastra por la vida y que habla todo el día de la muerte.
MAR: Pepita, al verlo tan contento, se arranca y le propone:
PEPITA: Mariano, ¿y si salimos esta tarde juntos y vamos a tu casa a ver a nuestra hija Adelita?
SUSURROS: No, mija, nooo… Que esta tarde tengo otros planes…
LARRA: ¿Esta tarde? Mmm… Me pillas fatal, la verdad es que no puedo. Vienen unos amigos de visita.
CIERRE ACTO 2: LA ESPERANZA
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APERTURA ACTO 3: EL SUICIDIO
MAR: Larra vuelve a su casa. Está feliz. Y a la vez nervioso. Y se emociona.
Y le asaltan las dudas nerviosas.
COROS: Vendrá… o no vendrá… Qué angustia es esperar…
MAR: Los criados han puesto la casa como él lo ha pedido: bonita y calentita.
MAR: Larra pide que no lo molesten y entra a sus aposentos. Empieza a caminar de la puerta a la ventana y de la ventana a la puerta. ajetreando la impaciencia. ¡Nervios paquí! ¡Nervios pallá!
SUSURROS: Larra, hombre, para ya, que te va a dar el mal de San Vito.
MAR: Mira el reloj: son las siete y media de la tarde. Aparta los visillos de la ventana a ver si viene Dolores. Se acerca a la puerta a ver si la oye llegar.
COROS: A este le da algo… de lo atacao que está…
LARRA: ¡Han llamado a la puerta! ¿Dolores? ¡Es Dolores!
MAR: Larra ve entrar a Dolores ¡y le salta el corazón!
Entra sola. Su amiga se ha quedado en la antesala…
Pero Dolores no cierra la puerta. Parece que la deja abierta a propósito…
Larra le dice todo lo que la quiere. Se deshace en súplicas de amor.
¡Cuánto la ha echado de menos! ¡Cuánto la ama y la necesita!
Pero Dolores se queda impasible. Más fría que un iglú.
Tiesa como una estatua, sin apenas un gesto, le dice:
DOLORES: Mariano, estoy decidida a volver con mi esposo. Voy a rehacer mi vida. No puedo seguir con esta situación equívoca.
LARRA: Pero… pero entonces… ¿por qué has venido?
DOLORES: Quiero que me devuelvas mis cartas. No debe quedar nada entre nosotros.
LARRA: Pero…
SUSURROS: Ni peros ni leches. Que le des las cartas.
MAR: Dolores se levanta de la silla y deja en la mesa las cartas que le escribió Larra. Las pone ahí como dando el primer paso. Como dando ejemplo.
Ahora le toca a él. Quiere que le devuelva las cartas que ella le escribió.
Y al levantarse esparce ese perfume de rosa que tantas veces él ha olido en su piel.
COROS: Rosa… que te quiero rosa…
MAR: Él se niega a devolverle las cartas. Primero le suplica…
LARRA: Dolores, no puedes hacerme esto… Te lo suplico… Piensa en nuestro amor…
MAR: Después se empieza a tensar…
LARRA: ¡Jamás tendrás esas cartas! ¡Esas cartas son mías y se quedarán conmigo! Que no te las doy ni hostias. Ya te puedes volver por donde has venido, guapa. Las cartas se quedan conmigo.
DOLORES: Mariano, la cartas son mías, devuélvemelas. Más te vale que me las devuelvas o ya verás, dámelas, Mariano, por Dios…
MAR: Uuuh… en la antesala se oye el jaleo. Se están gritando y la amiga de Dolores entra en la habitación.
AMIGA: ¡Mariano, dale las cartas a Dolores, haz el favor!
LARRA: ¡Toma! ¡Tuyas son! ¡Aquí las tienes!
MAR: Larra da un campanillazo con muy mal humor.
LARRA: Pedro, por favor, acompaña a estas señoras a la puerta, que se tienen que ir.
CRIADO: Sí, señor.
MAR: Larra siente volverse loco…
Y al ver que se va, y que quizá se vaya ya para siempre, se acerca a ella, le agarra la mano en un último intento desesperado de retenerla, y le pregunta:
LARRA: ¿Adiós?
DOLORES: Adiós.
LARRA: ¿Adiós para siempre?
DOLORES: Sí, para siempre.
COROS: Adiós… Adiós y aquí te quedas…
MAR: Qué dolor. Qué puñalada en lo más hondo de su corazón. Le falta el aire, le falta el aliento, le falta el sentido. No hay cielo ni suelo. No tiene donde agarrarse. Es como un mareo insoportable.
Está desesperado. No sabe qué hacer. Y de pronto ve la caja amarilla.
COROS: Amarilla… qué hay en la caja amarilla…
MAR: En la caja amarilla están las pistolas.
Las pistolas: ¡el fin del dolor!
Larra abre la caja, coge una pistola, se la pone en la sien y aturdido, loco, desesperado, ¡dispara!
MAR: Dolores aún no ha salido de la casa y oye el ruido seco. Intuye lo que ha pasado, pero no va a verlo. No quiere volver atrás. No quiere estar ahí. No quiere que nadie sepa nunca que volvió a ver a Larra. Tiene pánico de que la vuelvan a relacionar con él. Con voz temblorosa, le dice al criado:
DOLORES: Pedro, vuélvase usted, vuélvase… Pueden necesitarlo…
MAR: Dolores aprieta el paso y huye de la casa de Larra.
MAR: Las campanas de la Iglesia de Santiago empiezan a sonar. Ahora mismo solo ellas saben que doblan por un muerto más.
MAR: Aunque nadie las atiende por el jolgorio del carnaval. Las calles están llenas de cánticos y máscaras.
Y mientras, el cadáver de Larra está tendido en el suelo de la estancia.
La criada escuchó un ruido extraño, pero… podría ser de la calle, del carnaval. O un puñetazo de furia. Como Larra no la ha llamado, prefirió no acudir al despacho para no molestar. Y al ver a Pedro, le dice:
CRIADA: ¡Jesús, de qué mal humor ha dejado al amo esta visita!
SUSURROS: Ya te digo… Un cabreo nivel dios…
MAR: La criada termina de darle la cena a Adelita. Y ahora, que ya es hora de irse a dormir, Pedro acompaña a la niña al despacho de Larra, para que como todos los días, le dé las buenas noches.
MAR: Adelita abre la puerta y ve a su padre tirado en el suelo. Al lado están rotas las tazas de café. Hay papeles por todo el suelo. La mesa está volcada. Y tiene una pistola en la mano.
Adelita grita y echa a correr.
ADELITA: ¡Aaaaaaaaah!
¡Papá está debajo de la mesa!
MAR: Pedro está horrorizado. La criada corre hacia los aposentos de Larra.
Un quinqué ilumina el cuadro fúnebre. Al caer, tiró consigo la mesa, el juego de café, unos periódicos y unos papeles.
En uno de ellos está GA-RA-BA-TEA-DO el nombre de su amada:
VOZ: Dolores Armijo de Cambronero.
MAR: Y unas palabras sueltas en una especie de lista… y sabe Dios qué pensaría cuando las escribió.
VOZ: El Suicida
El matrimonio
El amor
La celebridad
Fígaro en Lisboa
Adiós a la Patria
El proyecto de caza
La pasión
La vida del campo
El Informal
Las calaveras
Los novios
El coche de alquiler
La tertulia
La tarde
La Puerta del Sol
MAR: El impacto de la bala rajó los cristales del balcón y entra un helor
glacial. Apenas hay sangre en el suelo. Ni en su cara. Solo unas gotas han manchado la levita de su camisa.
Larra yace pálido, y su rostro aún guarda el gesto de la amargura.
Este hombre, de solo 27 años, deja a tres niños huérfanos. Y aún más huérfanos al arte y la literatura.
Descanse en paz.
CIERRE ACTO 3: EL SUICIDIO
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BLOQUE ENTREVISTA: SHEILA QUERALT
ANDREU: Por respeto a los muertos, y en homenaje al gran Larra y a la inigualable Carmen de Burgos, les hemos contado este trágico suicio tal como lo contó ella en el libro Fígaro.
Por respeto a los vivos, y en virtud de lo literal, la lingüista forense que le vamos a presentar en unos instantes hablará en sus propias palabras.
MAR: Durante mucho tiempo, la muerte de Larra fue un misterio. No se sabían los detalles de aquel suicidio tan triste, ni se conocía siquiera el nombre de la mujer por la que se mató: Dolores Armijo.
Pero a principios del siglo XX, una de las escritoras más extraordinarias de este país, Carmen de Burgos, removió lo indecible para encontrar a los descendientes de Larra y dar con una caja que guardaba los restos materiales del momento del disparo.
«La caja», como la llamaban sus descendientes, guardaba hasta la camisa con las gotas de sangre que cayeron después del disparo.
Carmen de Burgos reconstruyó el día del suicio con la información que obtuvo de las entrevistas a los descendientes de Larra y el análisis de cada uno de los objetos de esa caja.
Ahí estaban la camisa, una fosforera caoba, cartas, papeles y la última carta que Larra escribió: la que dirigió a Dolores esa misma mañana.
La lingüista forense Sheila Queralt ha leído alguno de estos papeles y la carta que Larra escribió a Dolores.
SHEILA: Para mí lo más interesante es esa segunda carta, en la cual el podremos realizar un perfil lingüístico de este autor. En este caso, si no conociéramos que era Larra, o pusiéramos en duda la autoría de ese escrito, podríamos ver que el autor es español nativo peninsular. No se observan tampoco muchísimas faltas de ortografía. El orden sintáctico es muy correcto y además también podríamos incluso esgrimir el sexo del autor. Probablemente sería un hombre porque hace uso del género gramatical masculino. Cuando habla de «estoy aburrido» y «tuyo», se despide con un «tuyo».
MAR: Sheila Queralt se fija en más cosas.
SHEILA: Para mí, es curioso también establecer las relaciones que hay entre los interlocutores de esa carta, es decir, él y su expareja. Por ejemplo, cuando se refiere a ella se refiere con el pronombre personal tú, mostrando esa cercanía. Pero cuando hace referencia a la amiga que debe de acompañarla esa noche, habla de ustedes, ven en cortesía.
MAR: Hay algo en esa carta que merece una atención especial.
SHEILA: Hay una frase muy, muy apelativa que dice «Me parece que si piensan ustedes venir, tu amiga y tú, esta noche hablaríamos y acaso sería posible convenirnos». En esta oración lo que podemos observar es que el uso del condicional refuerza la modestia de esa expresión, ¿no? Muestra la sumisión a la voluntad de lo que quiera, de los deseos de su expareja. Y además también nos está mostrando que él está abierto a retomar esa relación. También lo vemos con él, con el «tuyo», ¿no?, despídiéndose de que está a su total merced.
MAR: Y hay una palabra en la que Sheila Queralt se para, la analiza y le saca muchas lecturas interesantes.
SHEILA: Podríamos observar realmente algo muy curioso, que es en la palabra convenirnos. ¿Qué quiere decir él cuando habla de convencernos? La palabra convenirnos tiene tres significados, y es que podría ser de que sí, que llegaran a un acuerdo y que por tanto retomarán esa relación. También podría ser únicamente acudir y juntarnos en un mismo lugar. Y finalmente incluso tener relaciones sexuales, que es una un significado que está en desuso, pero que en el siglo XIX todavía se utilizaba. Por lo tanto, quizá podríamos pensar que Larra había utilizado, sabiendo que tenía un alto dominio de la lengua, esa palabra para dejar esa ambigüedad en el aire y ver qué es lo que a lo que estaba dispuesta esa expareja, ¿no? Así que la verdad es que nos ofrece muchísimas pistas en este caso.
MAR: Sheila Queralt es doctora en Ciencias del Lenguaje y perita en lingüística forense. Es autora del libro Atrapados por la lengua y escribe en la revista Archiletras. Y ahí se presenta con esta frase:
VOZ: «Con mis análisis científicos de la lengua, contribuyo a cazar delincuentes».
MAR: En el análisis rápido que ha hecho de la carta que Larra escribió a Dolores nos hemos acercado un poquito a este tipo de análisis forense. Pero vamos a pedir a la doctora Queralt que nos explique qué es la lingüística forense.
SHEILA: La lingüística forense es una ciencia más dentro del mundo de las ciencias forenses, la cual se basa en analizar la forma en la que nosotros nos comunicamos, ya sea por escrito en una carta manuscrita o ya sea en redes sociales o en voz, como podría ser un mensaje de WhatsApp o una conversación que tenemos con otra persona que ha sido grabada. Esta ciencia lo que nos permite es determinar, por ejemplo, quién hay detrás de ese texto o de esa grabación, en el sentido de determinar su origen geográfico, de dónde es esa persona, en el sexo, la edad e incluso a veces la profesión o la ideología de esa persona. También nos permite determinar cuál es el significado más probable de una cláusula, de una expresión. Cuando alguien nos amenaza, ¿realmente nos está amenazando o es algo irónico, cómico, jocoso esa expresión? Y esto es lo que nosotros hacemos a través del análisis de las palabras, de cómo se relacionan las palabras entre sí.
MAR: ¿Y cómo es un día cualquiera de trabajo para un lingüista forense?
SHEILA: Nuestro trabajo en nuestro día a día lo que hacemos es recibir consultas generalmente relacionadas con el ámbito de la atribución de autoría relacionada con redes sociales, porque actualmente nos comunicamos más por redes sociales y por lo tanto lo que nos piden es determinar quién hay detrás de una red. Por ejemplo, un mensaje anónimo, una cuenta que estaba acosando a otra persona. Pero también hacemos análisis, por ejemplo, de plagio. Si una obra es dependiente de otra y no únicamente literario, porque cuando uno piensa en plagio se nos ocurre en el plagio de las novelas o el plagio de los trabajos académicos de las famosas tesis doctorales, sino que también, por ejemplo, contenidos web, plagios de blogs, de podcast, incluso. Y en este caso lo que hacemos es comparar las muestras para determinar si efectivamente una se ha producido a partir de otra. También analizamos muchísimos contratos, ya sean contratos mercantiles o incluso cláusulas en convenios de divorcio en el que hay hijos y se determina cuál es el significado de esa cláusula. También tenemos casos relacionados con la identificación de hablantes. ¿Realmente la persona que yo creo que es realmente es la que he grabado, no? Realmente quién me ha enviado ese audio o ese mensaje de texto. Este sería más o menos nuestro día a día.
MAR: La lingüística forense no tiene nada que ver con la grafología, pero muchos las confunden.
SHEILA: Sí, muchas personas, cuando piensan en la lingüística forense y hablamos de un texto, sobre todo, piensan en que nosotros analizamos textos, manuscritos, cómo las personas dibujan las letras y no todo lo contrario. Nosotros no analizamos como dibujan las letras, sino lo que hacemos un análisis lingüístico independientemente de si la muestra está manuscrita, es decir realizada a mano, o está en texto digital.
MAR: La lingüística forense es una ciencia muy muy nueva. En España empezamos a conocerla hace unos años por Sheila Queralt. Y ella nos cuenta cómo surgió esta disciplina.
SHEILA: Data de los años 60 y nació en Inglaterra, en un caso en el que a una persona se le acusaba de matar a su mujer y a su hija e hizo varias declaraciones en sede policial y en este caso, en las primeras declaraciones, él declaraba ser inocente, pero en las últimas se declaró culpable. En este caso, Esa persona fue condenada, ejecutada y años más tarde un lingüista analizó, comparó esas distintas declaraciones, unas en las que se mostraba inocente, y otras en las que se declaraba culpable, y observó que había estilos distintos en la manera en que se expresaba. Una de las marcas lingüísticas que le permitió determinar que era altamente probable que no fueran el mismo auto, sino que habían sido manipuladas. Estas últimas declaraciones era, por ejemplo, cómo se ordenaban el yo y después, después yo o yo después. A partir de hoy determinó que habían sido manipuladas y además, quién las había podido manipular. En este caso, ese rasgo de la combinación, ¿no?, el orden de esas palabras era típico del argot o de la jerga de los policías. Así que pudo determinar que los policías habían manipulado esas últimas declaraciones para autoinculparlo.
MAR: En España la conocimos por la doctora Queralt y por una serie: Manhunt: Unabomber. Muchas veces los científicos forenses dicen que el parecido entre las películas y la realidad es pura coincidencia, pero en el caso de Manhunt: Unabomber…
SHEILA: La serie está muy bien conseguida, sobre todo porque aquí sí que es verdad que contaban con el asesoramiento del autor real de ese informe y por lo tanto está muy bien relatado y se permiten algunas licencias, obviamente, como en toda ficción, pero la verdad es que el análisis es bastante fiel a lo que sucedió en ese momento.
Es verdad que lo que se muestra en los medios de comunicación generalmente no suele ir acorde con la vida real, ¿no?, del investigador. Y en este caso sucede igual en la lingüística forense. Muchas veces, sobre todo en el caso de audios, ponen el audio en el ordenador y rápidamente aparece otra persona, no, un sospechoso, que es el que el que es. Y no, la verdad es que los análisis en lingüística forense son muy largos, nos lleva mucho tiempo y no suele haber a una herramienta automática que nos haga este tipo de análisis. Y también, por ejemplo, aparece. Bueno, es que hay un 90 por ciento de acierto o de coincidencia con la otra muestra. Tampoco es así. Nosotros nunca damos porcentajes, sino lo que hacemos es dar una probabilidad sobre… Pues es probable. Es muy probable. Es poco probable que sea la misma persona.
MAR: Uno de los encargos habituales en la lingüística forense es la construcción de perfiles. ¿Cómo se hace el perfil de un individuo analizando su forma de escribir?
SHEILA: Lo que hacemos por ejemplo en un perfil escrito es observar aquellas palabras que nos pueden dar pistas, por ejemplo, sobre la edad, cuando en qué rangos de edad se utilizan ciertos vocablos. Sabemos que no hablamos igual a largo de la vida y por ejemplo, si escuchamos a personas más jóvenes que nosotros, diríamos: «Huy, ¿cómo es que utiliza guay? ¿O cómo es que utiliza ahora, por ejemplo, el enfático puto? Esto es puto loco, ¿no? Es algo que las personas más allá de 30 no suelen utilizar actualmente. Pues este tipo de vocabulario o de combinaciones de palabras nos permiten determinar ciertos rangos de edad.
También Por ejemplo, el sexo nos lo indican el género gramatical que tenemos en español. Cuando nosotros hablamos nos identificamos como género. Por ejemplo, decimos yo soy guapo o yo soy guapa. Y esto nos puede dar pistas o guape, ahora, actualmente, por lo tanto nos da pistas sobre nuestra identidad sexual o nuestro sexo, ¿de acuerdo? Aquí también tenemos que tener en cuenta si es coherente. Si es coherente o no en el sentido de si esta persona sistemáticamente utiliza ese género gramatical o no. En el caso de que no sea sistemático, tendremos que dudar si esta persona está intentando desdibujar o intentar ocultar su verdadera identidad.
MAR: En la construcción de un perfil mediante su voz…
SHEILA: Tenemos un nivel añadido, que podría ser la expresión fonética, cómo pronuncia ciertos sonidos y esto nos puede dar pistas sobre el ámbito geográfico de esa persona, ¿no? Sabemos, por ejemplo, los catalanohablantes como pronuncian las eles, o por ejemplo, los andaluces que suprimen ciertos sonidos… Y eso también en el texto escrito, es curioso, pero a veces también lo podemos observar, sobre todo en texto digital, como podría ser en el WhatsApp, en el que las personas tendemos a suprimir ciertos sonidos para acortar y esto nos puede dar pistas sobre dónde es. Dependiendo de los sonidos que suprima. De dónde puede ser esta persona.
MAR: Otro de los trabajos habituales de los lingüistas forenses es buscar el autor de un texto escrito o una voz grabada.
SHEILA: En la atribución de autoría lo que hacemos es un paso más allá de la del perfil, ya que es cuando ya tenemos el sospechoso, tenemos muestras de esa persona que creemos que podría haber producido esos anónimos. En este caso lo que hacemos es hacer una comparación de todas aquellas marcas lingüísticas, de todo aquello que nos revela información, y determinamos en base a la cantidad y a la importancia que tengan esas marcas, la probabilidad de que esa persona sea la autora de esos textos o de esas grabaciones.
Qué contenidos comunica, cómo los comunica, cómo enfatiza, cómo se refiere a la otra persona, qué tipo de contenidos comparten… A veces los contenidos nos pueden dar pistas sobre los conocimientos que tiene esa persona. Ya podría ser por la profesión, pero también sobre el grado de conocimiento de la otra persona o de los hechos ocurridos.
MAR: Los lingüistas forenses también buscan a los impostores. Es algo muy común: cambiar la forma de hablar para hacerse pasar por otro. Pero, como dice Queralt en su blog de Archiletras, «detrás de cada palabra, hay un rastro lingüístico que puede delatarte».
¿Qué solemos hacer cuando queremos hacernos pasar por otro?
SHEILA: Generalmente cuando nosotros queremos disfrazar nuestra identidad, lo que hacemos es bajar el nivel, fijarnos sobre todo en alguien que conocemos e intentamos imitar a otra persona. Ya puede ser pues intentamos reproducir el geolecto, es decir, de dónde es la otra persona, utilizando palabras que nos suenan, ¿no?, que dicen en ese lugar. O por ejemplo bajamos el nivel. Generalmente nunca se sube el nivel, puesto que es muy difícil, ¿no?, subir el nivel. A todos nos gustaría escribir mucho mejor y lo que hacemos es bajar ese registro. ¿Y nosotros cómo los cazamos? ¿Cómo sabemos que alguien nos está impostando o nos está ocultando su verdadera identidad? Lo que hacemos es ver la sistematicidad, es decir, si en todos los niveles de la lengua se aprecia sistematicidad, es decir, si yo soy de cierto lugar, tanto mi léxico, mi vocabulario, cómo ordeno las frases, mis expresiones tienen que ser coherentes. No podemos utilizar una expresión o un vocabulario de un lugar, pero después no utilizar el orden de palabras típico de ese lugar. Y eso es muy, muy, muy difícil de poderlo imitar.
MAR: Hay impostores y también imitadores que se quieren hacer pasar por otra persona. Esto ocurrió con Jack el destripador. Muchos imitadores escribían cartas como si fuesen aquel asesino en serie.
SHEILA: Generalmente cuando hay un caso famoso de asesinato en el cual se envian, se envían cartas, aparecen imitadores y muchas veces en nuestro trabajo como lingüistas es analizar las cartas no tanto para determinar el perfil, sino para determinar qué cartas son realmente del verdadero asesino, ¿no?, del verdadero autor y cuáles son de los posibles imitadores, ¿sí? En este caso fue uno de estos en los que se descubrió las primeras cartas sí que eran del verdadero asesino, pero hay muchísimas cartas después que son de imitadores.
MAR: Y ahora también va a ser muy interesante descubrir… no solo la autoría de unas palabras, o si las ha escrito un impostor, o un imitador, o un plagiador… Los lingüistas forenses se van a encontrar cada vez con más textos y voces que pueden tener como autor a una persona… o a una máquina…
SHEILA: Ya estaba alerta de que ahora únicamente los lingüistas forenses no analizamos producciones humanas, sino que ya estamos analizando muestras producidas por inteligencia artificial. Pero bueno, es algo de lo que todavía no parto cuando estoy analizando un texto primero, lo primero que asumo es que suele ser de un humano, ¿no? Pero en este caso eso que iba analizando, iba analizando y decía qué cosas más curiosas, frases que no acababan de cohesionar, respuestas que no acababan… Respuestas como evasivas. Primero lo tomé como un cierto nivel muy alto de evasivas. Pero hubo un momento en que ya empecé a sospechar y realmente en el chat que estaba analizando estaba producido por inteligencia artificial. Y aquí fue cuando puse ya mi alerta total y dije Bueno, es que a partir de hoy ya justo no empiezo a analizar las muestras partiendo de que hay un humano detrás, sino que siempre me voy a tener que preguntar a partir de ahora, de que quizá sea un ente más allá producido por inteligencia artificial.
BLOQUE ENTREVISTA: SHEILA QUERALT
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FINAL TEATRAL
EL SUICIO DE LARRA
ANDREU: Queridos espectadores, ha llegado el momento de despedir esta primera temporada de Crímenes. El musical…
GRITOS PÚBLICO: ¡Que salga el autor! ¡Que salga el autor!
ANDREU: ¡Pero qué locura es esta! ¡Esto parece un teatro del siglo XIX, con la gente gritando, pataleando y pegándose mamporrazos!
GRITOS PÚBLICO: ¡Que salga el autooor! ¡Fiiiiiuuuuh!
ANDREU: Vale, vale… vamos a ver si esta está por aquí o se ha ido a hacer pilates.
MAR: Hola. Buenas noches. Muchas gracias por habernos acompañado en esta serie por algunos de los crímenes más sórdidos de la España del XIX y principios del XX.
Pero es importante conocer nuestra historia. Porque llevaba mucha razón ese que dijo que los que no conocen su historia están condenados a repetirla.
Y porque en estas seis funciones hemos tenido la oportunidad de conocer mejor una ciencia apasionante: la ciencia forense. Una ciencia que tiene mucho más de vida de lo que parece.
Todo lo que nos han enseñado estos científicos me ha cambiado mi forma de ver el mundo, de entender la vida y de entender la muerte. Y por eso, antes de que bajemos el telón hasta la próxima temporada, me gustaría llamar al escenario al psicólogo forense Francisco Pérez Fernández.
Recuerdo unas frases de esa entrevista que no olvidaré nunca.
Francisco, ¿las puedes repetir ante este excelentísimo público?
FRANCISCO: Ay, sí, sí, por favor.
El crimen es una constante, pero no es la nota dominante de la sociedad. Al contrario, yo lo que mi profesión me ha enseñado todos los días es que hay mucha más gente buena y positiva que gente mala. El problema es que, como decía mi abuela, lo malo mete mucho ruido, ¿no?, arma mucho escándalo. Ese es el problema.
Si yo me dedico a estudiar el crimen no es porque me guste el crimen, que es de criminales, porque el poco o mucho que haya quiero que desaparezca.
ANDREU: Y con estas grandes palabras del doctor Pérez Fernández nos despedimos de la primera temporada de Crímenes. El musical.
Pero no se olviden de nosotros… porque pronto volveremos con nuevos asesinos, más ciencia forense y mucha música.
¡Buenas noches!