T1 E1.
El Crimen de la Guindalera
Un hombre aparece muerto en el Canalillo de la Guindalera. Le han sacado las tripas y le han extirpado el pene y los testículos. A uno de sus asesinos le preguntan: «¿Por qué?». Y él responde: «Le corté sus conciencias». ¿Quién estaba detrás de este horrible crimen? ¿Quizá su esposa? ¿Quizá un huésped? ¿Quizá un sicario?
T1 E2.
El Crimen de Fuencarral
Una noche de verano de 1888 la calle Fuencarral se llena de humo. Corren a la casa que arde y encuentran a un bulldog drogado, una criada tirada en el suelo y una marquesa muerta y achicharrada. Empiezan las pesquisas y todo huele a chamusquina. ¿Quién ha matado a la marquesa? ¿La criada que entró a trabajar hace solo cinco días? ¿Algún desalmado que quería robar? ¿O el mismísimo hijo de la marquesa, ese sinvergüenza al que llaman «Pollo Varela»?
T1 E3.
El crimen del Cura Galeote
Un cura le pega tres tiros al obispo de Madrid. Unos dicen que es el apocalipsis y otros que esto es un desmadre más del bajo clero. Es un crimen muy sonado y Benito Pérez Galdós va a la cárcel a hablar con el cura y después entrevista a la mujer que vive con él. ¿Es su sobrina? ¿Es la gobernanta de su casa? O… ¡qué demonios es eso porque ahí solo hay una cama!
T1 E4.
El Sacamantecas
Aparece un riñón en una tomatera. Al lado hay un cadáver de una mujer. La han abierto en canal y le han arrancado las tripas. Este crimen lleva a descubrir por fin al asesino de unas 13 mujeres a las que robó, violó y descuartizó. El autor es un labrador de Vitoria que se adelantó varios años a Jack el destripador. Un asesino en serie que mataba por robar y por furor sexual. Aunque, para despistar, le sacaba las tripas a sus víctimas. Este asesino en serie que causó el horror en el norte de España a finales del XIX, Juan Díaz de Garayo, dijo: “Así pensarían que lo hacía un sacamantecas y no yo”.
T1 E5.
El Hombre del Saco
Un enfermo de tuberculosis acude, desesperado, a una curandera. Ella le dice que hay un remedio milenario para curarse: beber la sangre de un niño y arrancarle sus mantecas para ponérselas sobre el pecho. El enfermo la cree y paga por el asesinato del niño para beber su sangre mezclada con azúcar. Ocurrió en el pueblo almeriense de Gádor, en 1910: un joven secuestró a un niño de 7 años, lo metió en un saco y lo llevó hasta la guarida de los asesinos. Este crimen espantoso fue el resultado de la miseria, el engaño, la ignorancia y la superstición. Fue un aviso de lo imprescindible que es la escuela y la ciencia. Y en este capítulo escucharás también a uno de los mejores antropólogos forenses del mundo: Francisco Etxeberría.
T1 E6.
El suicidio de Larra
Mariano José de Larra era el escritor y periodista más admirado. Aunque, como buen romántico de su época, tenía sus días buenos y sus bajonas malas. Un día se llevó un disgusto horrible. Y lo encajó fatal. Tan fatal que se voló los sesos. Su muerte conmocionó al país y la literatura perdió al autor con más chispa del momento. Durante décadas nadie supo el motivo del suicidio. O, más bien, la persona por la que se suicidó. Pero casi un siglo después, la escritora más admirada del momento, Carmen de Burgos, removió lo impensable para descubrir qué llevó a Larra a su trágico suicidio. Y lo descubrió. Y descubrió el nombre de la mujer por la que se pegó el tiro. Larra dejó sobre su mesa unos papeles y la última carta que escribió a esa mujer. La lingüista forense Sheila Queralt lo analiza hoy y nos lleva de nuevo a aquella escena terrible de la historia de la literatura española.
T1 E+.
Crímenes. El villancico
Estaban guapísimos en la foto de familia que se hicieron a principios de diciembre. A finales de mes, estaban todos muertos (menos uno). La matanza de la familia Lawson ensangrentó la navidad de 1929. Y la historia fue tan tremenda, tan misteriosa, tan inexplicable, que casi un siglo después, aún no está olvidada. Te la contamos y te la cantamos con música navideña de centro comercial.