T2 E3.
T2 E3.
La madre y la hija eran inseparables. La madre había hecho de su hija, con solo 18 años, una intelectual admirada y querida. Y a eso se juntó la suerte de que la niña salió superdotada. Pero no había margen de error ni de discrepancia. Cuando esto ocurrió… ¡ni madre ni pamplinas!
CON GRAVEDAD Viernes, 9 de junio de 1933
En el portal de la redacción del periódico La Tierra.
Hola, don Simón, buenos días. Qué limpita nos tiene usted siempre la portería.
EXALTADO ¡Han matado a Hildegart! ¡Han matado a la señorita Hildegart!
EXTRAÑAMIENTO ¿Qué?
¡Que han matado a Hildegart! Ahora se lo contarán sus compañeros.
Han llamado a la redacción hace solo unos minutos…
EXTRAÑAMIENTO Por dios de mi vida, ¿pero qué me estás diciendo?
ASOMBRADO Y parece que ha sido su madre.
HACIA DENTRO, DESCONCERTADA, MIENTRAS SUBE CORRIENDO LAS ESCALERAS ¿Pero qué ha pasado?
INQUIETA Buenos días, don Mariano, ¿qué ha pasado? Me ha dicho el portero que han matado…
LA PISA Sí. Hildegart… La acaban de asesinar…
MÁS AFECTADA QUE EL DIRECTOR ¡Pero qué dice!
La ha matado su propia madre: Aurora Rodríguez.
Qqqq… Pero si es solo una chiquilla de 18 años...
Bueno… más bien, una niña prodigio con una carrera de una escritora de 40 años.
Hildegart… No puede ser…
Sí, es inconcebible. Y sé que la conoce bien. Usted es quien hablaba siempre con ella cuando enviaba artículos al periódico.
De hecho, la estaba esperando para decirle que se encargue de la noticia.
Vaya ahora mismo al juzgado y que le cuenten todo. Lo sacamos hoy, que para eso somos un vespertino y salimos por las tardes.
Hable con toda la gente que pueda, ¿de acuerdo?
Claro… voy, señor director… PARA DENTRO Madre mía… Hildegart…
CON GRAVEDAD Ese mismo día, por la tarde, en la redacción del periódico La Tierra.
APESADUMBRADA Hola…
REVOLUCIONARIO, CULTO Hola, Josefina, ¿cómo ha ido?
Todavía no puedo creerlo. Ni después de lo que he visto y de lo que me han contado...
COMPRENSIVO Bueno… cálmese y después póngase a su máquina de escribir, que tenemos que cerrar la edición en una hora.
APESADUMBRADA Voy…
DESDE LEJOS Vamos a dos columnas.
Mmm… lo voy a titular… Mmm…
Horrible parricidio en la calle Galileo
La escritora Hildegart, muerta a tiros por su madre
Y mi firma: Josefina de Guzmán.
Son las ocho y media de la mañana, y en el patio de vecinos de la casa de Hildegart, unos perros ladran con fuerza. Están nerviosos y asustados.
El hijo de la portera barre las escaleras del edificio.
La madre de Hildegart, Aurora Rodríguez, baja tranquilamente. Va despeinada y lleva un abrigo negro de caracú sobre los hombros.
Caracúuu… qué glamouuur… 🎵
Abajo está la portera. Aurora se acerca a ella y le dice:
EDUCADA Y SERENA Le agradeceré a usted que le diga a mi sirvienta Julia que espere aquí a una mujer que va a venir a recoger a un gato. Esa mujer se llama Basilia. Que la espere aquí y cuando llegue, que suban a por el gato. Yo tardaré en volver…
Aurora es animalista y tiene un gato, dos perros y una tortuga.
La sirvienta Julia llega al portal y espera a Basilia. Poco después aparece la mujer y suben juntas a por el gato.
¡Miau!
La casa está en silencio. La madre, Aurora, salió hace un rato. Pero la hija, Hildegart… ¿no se ha levantado todavía?
Deben ser ya las 9.00 de la mañana ¿y aún está en la cama?
¡Qué raro!
Julia avanza por el pasillo y toca a la puerta de su alcoba.
Ay, ay, ay… que aquí no abre ni Diooos… 🎵
Julia toca otra vez.
NERVIOSILLA ¡Hildegart!
UN PAR DE SEGUNDOS DESPUÉS ¡Hildegart!
Señorita, ¿está en su alcoba? ¿Puedo pasar?
Tanto silencio es extraño. Julia abre la puerta despacio…
¡Y…!
¡GRITO! ¡Aaah! ¡Hildegaaart! ¡Dios mío! ¡Hildegaaart!
GRITA ¡Ayuda, por favor! ¡Llamen a un médico! ¡Por favor!
¡Pero qué ha pasao!
Hildegart yace en su cama turca. Está bañada en sangre. Y totalmente inmóvil.
Tiene el rostro teñido en rojo… y un salpicón en el corazón… 🎵
La portera y algunos vecinos acuden a la casa y la llevan corriendo a la Policlínica de la calle Fernández de los Ríos.
El médico de guardia, don Valentín Camino, ya no le encuentra pulso.
Lo único que puede hacer es certificar la defunción.
Va a su mesa y redacta en un informe:
OFF DE ESCRITURA A MANO La señorita Hildegart presenta cuatro heridas. Dos en la cabeza, una en la región malar…
En la mejilla.
OFF DE ESCRITURA A MANO … y otra en el pecho.
Son cuatro tiros de bala.
Y el informe sigue explicando:
OFF DE ESCRITURA A MANO Alguno de los disparos tuvo que hacerse a quemarropa porque una parte del rostro de la víctima aparece chamuscado por los efectos del fogonazo.
¿Y la madre?, ¿dónde se ha pirao la madre?
CON GRAVEDAD Esa misma tarde. Josefina sigue escribiendo la noticia en la redacción del periódico La Tierra.
Josefina, ¿tenemos alguna foto de Hildegart?
Sí, hay varias en el archivo. Tenemos un par de retratos y algunas fotos de sus conferencias sobre sexualidad. Y creo que también hay alguna con su madre.
Siempre iban juntas, ¿verdad?
Sí, siempre. Doña Aurora no la dejaba ni respirar… Hasta cortó el cable del teléfono de su casa para que Hildegart no pudiera hablar con nadie.
Qué cosas más raras...
Vale, coja una foto de las dos.
¿Tenemos alguna declaración de Aurora?
Tenemos un par de frases que ha dicho en el juzgado. Pero nada más.
Vale. Cuéntelas en un artículo distinto y escriba solo lo que le hayan dicho las fuentes más fiables, que ya han empezado a circular unas versiones… bastante más grotescas de lo que ya es todo esto.
Aurora Rodríguez, una visita intempestiva
Son las nueve menos cuarto de la mañana.
Alguien llama a la puerta de la casa del señor Botella Asensi.
¡Qué horas son estas, me cago en dióh!
¡Ya va! ¡Ya vaaa!
La sirvienta del ilustre político y abogado abre la puerta. Aurora dice que quiere hablar con el señor Botella Asensi, y ella le contesta que es imposible porque el señor está descansando todavía.
Pero Aurora insiste:
Tengo que ver al señor Botella Asensi, por favor. Es muy urgente.
La sirvienta no la deja pasar, ¡pero menuda es Aurora! De ahí… ¡no se va!
Le urge hablaaar… con un letradooo… 🎵
El ruido despierta a la esposa del señor Botella Asensi y sale a la puerta a ver qué pasa. ¡Ah, es Aurora! ¡Es una amiga de la familia! ¡Que pase!
FRÍA, SERIA, SIN DRAMAS Buenos días, Consuelo, perdona las horas, pero tengo que hablar con Juan. No estaría aquí tan pronto si no fuera un asunto de excepcional urgencia.
La mujer del señor Botella Asensi corre a despertarlo. En unos minutos baja este abogado que ronda los 50 años y que en pocos meses será ministro de Gracia y Justicia en la Segunda República Española. Acaba de levantarse y todavía está en batín.
Buenos días, Aurora. Cuénteme a qué se deben estas prisas.
CON FRIALDAD He matado a mi hija.
DESCOLOCADO Vamos, Aurora, tranquilícese usted.
A ver, ¿qué le pasa? ¿Qué ha ocurrido?
Eso que le acabo de decir a usted. Que he matado a mi hija.
¿Y qué es lo que quiere usted de mí?
Que me diga lo que tengo que hacer.
Pues si es cierto que ha matado a Hildegart, cosa que dudo…
CORTA AL SR. BOTELLA Tan cierto como que usted y yo estamos hablando.
LA TOMA EN SERIO Y DICE CON SERIEDAD Espere entonces un momento a que me vista, y me acompañará al Juzgado de guardia.
¡Taxi
El señor Botella Asensi y Aurora van al juzgado número 13. Y cuando llegan, les dicen que tienen que esperar al juez porque… está en casa de Aurora. Ya le informaron del crimen y ha ido a hacer las diligencias.
Una persona del juzgado, muy desconcertada, se acerca a Aurora y se atreve a preguntarle:
Pero señora, ¿por qué ha matado usted a su hija?
¡La veía tan hermosa!... ¡Estaba tan guapa hoy!
Nadie acierta a decir una palabra más.
Aurora está en silencio y ni siquiera se levanta de su silla.
Al cabo de un rato llega el juez y la llama a su despacho para tomarle declaración. Aurora le da sus datos y le entrega la prueba del delito: una pistola cargada en la que faltan… cuatro balas.
Cuatro tiros asesinos… que robaron su destino… 🎵
El juez la escucha… y no sabe por dónde coger aquello. Está desconcertado. En tantos años de carrera judicial, jamás ha oído nada igual. Ha conocido a hombres que mataron en un arranque de cólera, en un momento de pánico, en un arrebato de celos. Y todos… mostraron su pesar después del crimen. Todos sabían que se les había ido de las manos.
Pero Aurora es totalmente diferente al resto de criminales. En ningún momento muestra pesar, ni arrepentimiento, ni exaltación.
Habla con la frialdad de un invierno siberiano. Y solo se inmuta cuando el juez le confirma que Hildegart ya está en el depósito de cadáveres:
SUSPIRA Y DICE CON FRIALDAD Ufff… Menos mal… Me hubiera vuelto loca si la hubiera hecho sufrir…
En torno a la una de la tarde, Aurora sale del despacho y un coche del juzgado la traslada a la Cárcel de Mujeres.
A prisión… Oh my God… 🎵
Al ver a una multitud de periodistas y fotógrafos, Aurora se tapa la cara con las dos manos. Después los periodistas volvemos a entrar al juzgado para preguntar por sus declaraciones, pero por el natural secreto de sumario, no nos han dicho nada más.
Ahí los plumillas buscando carnaza.
CON GRAVEDAD Al día siguiente.
Sábado, 10 de junio de 1933, a esa hora del mediodía en la que empieza a entrar el hambre.
Redacción del periódico La Tierra.
Hola, Josefina. ¿Cómo ha ido el funeral?
Fff… muy emocionante. Y muy dolido…
Ha sido una riada de gente desde que montaron el velatorio en la sede de su partido.
El Círculo Republicano Federal, ¿no?
Sí. El ataúd estaba lleno de flores. Y parecía dormida… si no fuera por los tres agujeros de bala que tenía en la cara.
Qué espanto…
La calle estaba a rebosar de gente que quería despedirla. Le han enviado coronas de flores de todas las organizaciones republicanas y feministas… Y cuando el cortejo fúnebre ha ido al cementerio… ¡qué bonito! Cómo caían las flores desde los balcones…
Corra a escribirlo para la edición de hoy. ¿Le da para una columna entera?
Sí, don Mariano. Y tengo que dar también la información de la autopsia y de las declaraciones que la sirvienta y la portera hicieron en el juzgado. Pff… ya sabemos mucho más sobre el momento del crimen.
Entonces enfoque la noticia por ahí y… PENSATIVO, MOVIENDO PAPELES déjeme ver el planillo…
[PENSANDO EN ALTO] Um… Mejor vamos a dos columnas. ¡Y corra, que en dos horas mandamos a imprenta!
¡Voy!
Cómo se cometió el crimen de Hildegart
Hace unos días los vecinos de la calle Galileo número 57 sufrieron un sobresalto.
Oyeron un disparo y salieron a la escalera a ver qué había ocurrido.
Aurora Rodríguez estaba en la azotea probando un revólver.
Sí, funcionaba.
Piiim, puuum, paaam… Tengo un arma mortal … 🎵
Los vecinos le preguntaron qué hacía con una pistola y ella dijo que tenía que proteger a Hildegart porque la amenazaban por sus charlas sobre sexualidad.
Aunque esos mismos vecinos rumorean que Aurora le dijo otra cosa a su hija sobre aquella pistola.
Ayer por la mañana, poco después de las ocho, Aurora le pidió a su sirvienta Julia que saliera a pasear a los perros.
Y desde que salió Julia, hasta que salió Aurora media hora después, nadie oyó un disparo. Ni la portera, ni los vecinos... Tan solo ladraron los perros.
Fue en ese momento cuando Aurora cogió la pistola… Y por los resultados de la autopsia, podemos saber que disparó a su hija mientras dormía.
En el rostro plácido de Hildegart están los rastros de tres tiros.
Son tres heridas de tres balas arrojadas a bocajarro.
Ahí to pegá. A dos palmos de distancia.
El informe de los doctores don José Alberich y don Cipriano Rodrigo Lavín indica:
VOZ DE INFORME El cadáver presenta tres heridas en la cara.
Dos están en la región malar y una, con salida de la masa encefálica, en el pómulo derecho.
El moflete.
El rostro de Hildegart aparece quemado por los fogonazos de los disparos y hay una cuarta herida en la región esternal que atraviesa un pulmón.
En la tetica del corazón.
El informe no da lugar a dudas. Las cuatro heridas son de disparos a quemarropa y todas son mortales de necesidad.
Hildegart murió bañada en su propia sangre por lo que los médicos llaman “hemorragia”.
CON GRAVEDAD Ese mismo día, a media tarde, en la redacción del periódico La Tierra.
Josefina, me dijo que usted ha leído el libro de Hildegart ese del sexo, ¿verdad?
Sí, sí, lo leí. Se titula «El problema sexual tratado por la mujer española».
Y lleva tiempo siguiendo sus conferencias…
Claro.
Pues… ¿le da tiempo a hacer un perfil de Hildegart antes de irse?
Queremos sacarlo mañana en la última página.
Por supuesto, don Mariano, para eso estamos.
Y busque fotos de primer plano de Hildegart.
Ahora mismo.
CON GRAVEDAD Un mes después.
Temprano, por la mañana, un día de finales de julio de 1933.
En la redacción del periódico La Tierra.
CANTURREANDO COMO ABRIENDO UNA CARTA Mhú…
SORPRENDIDA Dios mío…
Don Mariano… ¿se puede?
OCUPADO EN OTRAS COSAS Pase, Josefina.
Me acaba de llegar una nota que me ha dejado helada.
ATIENDE ¿Qué pasa?
Un amigo de doña Aurora ha ido a visitarla a la Cárcel de Mujeres y le ha dicho que quiere verme.
¡Mira qué bien! ¿Y eso?
Me pide que vaya a visitarla para darnos las gracias por la forma en la que hemos contado su caso en el periódico.
Es que vaya basura han escrito por ahí.
Sí, la verdad que sí. Lo de las caricias es repugnante. Parece que eso de las caricias sexuales y las caricias sáficas a su hija le ha revuelto el estómago a doña Aurora. No me extraña…
Y lo de que no era su madre… Por Dios…
¡Se inventan lo que sea para vender periódicos!
Pero es que… es que no tengo cuerpo para ver a doña Aurora…
Todavía me acuerdo de Hildegart… No. No puedo ver a esa mujer. ¡Es un monstruo!
Tranquila, Josefina… Ya, eso ya lo sabemos…
Y es que además quiere contarnos su historia. ¡Pero es que eso es indecente! ¡Yo no quiero contar la versión de una loca! ¡Me niego a disculparla ante el público!
Pues ella insiste en que no está loca. Ya leyó ayer lo que decía el Heraldo que Aurora declaró al juez:
CON INTELIGENCIA Y FRIALDAD No estoy loca y no quisiera que nadie considerase lo que acabo de hacer como fruto de una profunda perturbación mental.
Créame, señor juez, cuando le digo que soy perfectamente responsable de mis actos.
FLIPANDO Pero matar a su hija...
Ha sido la decisión más grave, trascendente y dolorosa de mi vida, pero tenía que hacerlo saltando por encima de mis sentimientos de mujer y de madre, y lo he hecho.
¿No cree que tendría que ir a escuchar las razones de esa «decisión»? Venga, dese unos días y me dice qué quiere hacer, ¿de acuerdo?
TRISTE, ENFADADA De acuerdo.
Don Mariano…
¿Sí?
Acabo de llamar a la cárcel. Mañana visito a Aurora Rodríguez.
¡Fantástico! Muchas gracias, Josefina…
Don Mariano…
¿Sí?
PENSATIVA. ACTITUD RECUERDO Con razón a los periodistas nos gusta más la realidad que la ficción. Porque la ficción, para que sea creíble, tiene que ser verosímil. Pero la realidad… la realidad puede permitirse el lujo de parecer increíble… Y esto es muy increíble…
¡No hay ángulo imposible para el Kodak Six-20!
Con este nuevo Kodak usted puede tomar fotografías artísticas y originales desde cualquier rincón.
Puede pillar a Mar Abad infraganti escribiendo el guion y dirigiendo esta serie.
A Andreu Quesada en paños menores, haciendo el diseño de sonido.
A Marcus H en un momento íntimo de la dirección creativa.
Y a Marina Alonso-Carriazo en una postura indiscreta, trazando la estrategia de difusión.
El nuevo Kodak Six-20 sabe fotografiar por usted. De una sencillez que es la última palabra de la técnica.
¡Ríete tú de las fotos automáticas del iPhone!
Con el Kodak Six-20 obtendrá perspectivas divertidas y modernos efectos de luz.
Conseguirá que brille aún más la corista Marta Daudé y que reluzcan las voces de las actrices Sonia García, Cris Codina, Esther Puisac y Carito Kanashiro, y de los actores Pedro Toro, Alberto Triano, Antonio Abenojar, David García, Ramón Pérez Batlles (PEDRO, SE PRONUNCIA CON EL ACENTO EN LA A) y Edmundo Montoya.
El Kodak Six-20 ha sido creado en Colección Solo, con el empeño y el perfeccionamiento de los productores ejecutivos David Cantolla y Óscar Hormigos. Y le han metido ahí la música de Konga Music.
Kodak Six-20: usted obtendrá rápidas instantáneas… incluso a la sombra. ¡En días muy nublados… y hasta en pleno chaparrón!
CHAPARRÓN DE LLUVIA Y CLICS DE FOTOS
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